8 - Live and Let Die

Live and Let Die
(Vive y deja morir)
1973 - Guy Hamilton
1. Reparto
2. Argumento
3. Curiosidades
4. Valoración

Roger Moore
(
James Bond)

Bernard Lee
(
M)
 

Lois Maxwell
(
Moneypenny)

David Hedison
(
Felix Leiter)

Clifton James
(
Sheriff J. W. Pepper)

Yaphet Kotto
(
Kananga / Mr Big)

Geoffrey Holder
(
Barón Samedi)

Julius Harris
(
Tee Hee)

Earl Jolly Brown
(
Whisper)

Jane Seymour
(
Solitaire)

Gloria Hendry
(
Rosie Carver)

Madeline Smith
(
Miss Caruso)
 

2. Argumento
Varios agentes secretos son asesinados mientras investigan el tráfico de drogas. Todos los asesinatos están relacionados con un jefe criminal de Harlem llamado Mr. Big. Pronto descubre que existe una relación entre este Mr. Big y un tal Kananga, dictador en una isla ficticia (San Monique) en el Caribe. Allí se dirige James Bond para desentrañar todo el problema, que es más grande de lo que se esperaba, encontrándose un mundo de drogas y vudú.

La secuencia pre-créditos nos muestra una cacería de agentes doble cero: asesinan a uno en la sede de la ONU en New York, a otro en New Orleans, y al último en un sacrificio Vudú en San Monique. Como es lógico saltan todas las alarmas y hasta el domicilio de 007 se desplazan M y Moneypenny para celebrar un cónclave que de pronta respuesta al conflicto. Pero Bond no tenía la reunión muy preparada por estar confraternizando con una agente italiana llamada Miss Carusso.


La agente Carusso solicitando mantener secreta la operación

Bond viaja a New york y se pone en contacto desde un coche de la CIA con su amigo Félix Leiter. Este le indica que están vigilando al Dr. Kananga, presidente de la isla de San Monique, que acaba de asistir a una reunión de la ONU. Mienras mantienen la conversación telefónica durante el viaje en coche, un dardo envenenado acaba con el chófer del coche. Bond se lo cuenta a Leiter y sigue al sospechoso hasta una tienda de Vudú. En ella logra acceder mediante una puerta secreta a una sala en la que se encuentra el asesino del chófer y lo sigue hasta un local situado en el barrio de Harlem, el "Fillet of Soul", donde 007 es capturado y llevado hasta la presencia de Mr. Big, jefe de la mafia de Harlem. Allí conoce a Solitaire que le predice su futuro, y a Tee Hee, lugarteniente de Mr. Big, que con su prótesis metálica en una mano, destroza su pistola sin pestañear.


Solitaire con Tee Hee a la derecha al regresar de la ONU

007 logra escapar de allí con la ayuda de otro de los agentes de la CIA, y tras hablar con Leiter, es informado de que Kananga ha regresado a San Monique y Bond debe desplazarse a dicha isla, que se parece mucho a Jamaica. La llegada de Bond al hotel de San Monique, le depara varias sorpresas. Por un lado conoce a un extraño personaje, el Barón Samedi, dios vudú de la muerte, que se encuentra realizando una representación teatral en el hotel; y por otro lado, en la recepción del hotel le informan de que la Sr. Bond lo está esperando. Una vez en la habitación, descubre varios micrófonos ocultos gracias al detector que tiene (y que imaginamos le habrá facilitado Q, aunque en esta entrega no han tenido a bien mostrarlo). También recibe la visita de una serpiente mientras se afeitaba, pero acaba eliminándola mediante un lanzallamas McGiver improvisado con el after shave y un mechero.


¿Quién dijo miedo?

Su presunta esposa no es otra que la agente de la CIA Rosie Carver, que le cuenta que otro de los sicarios de Kananga se hace pasar por empleado del hotel (Whisper, el asesino del chófer con el que había coincidido en la tienda de Vudú). Entre Bond y señora el intercambio de información fluye de forma sencilla, concretamente hasta la cama más próxima.


Sr y Sra Bond

Al día siguiente, Bond y Rosie, acompañados por Quarrel Jr. (hubo un Quarrel en "Dr. No", también relacionado con los barcos), desembarcan en el palacio de Kananga. En su interior, Solitaire predice la visita de 007, pero esto no inquieta a Kananga, pues Rosie "sabe lo que tiene que hacer". La extraña actitud de Rosie, así como un naipe con la reina de copas al revés (lo que indica mujer manipuladora) que alguien había dejado en su coche, hacen ver al astuto James que no debe fiarse de la agente de la CIA. De hecho, en cuanto la achucha un poco, la pobre chica huye y es abatida por un muñeco vudú. Cuando Solitaire se entera de esto, discute con Kananga. Pero también le oculta que en una anterior conversación telefónica de ambos sobre 007, no le dice que ha salido la carta de los amantes. Kananga termina la discusión advirtiendo que si pierde su capacidad premonitoria, pierde el trabajo. Como los periodistas.


Y eso que con este aspecto parece adivinarlo todo

Esa noche, Bond vuelve a infiltrarse en el palacio, esta vez en un ala delta, llegando hasta la habitación donde Solitaire ejerce sus dotes adivinatorias con el Tarot. 007 le ofrece un mazo de cartas para que ella saque una, y no podía ser otra carta que la de los amantes, lo cual convence a Solitaire de que el destino guía sus pasos hacia nuestro espía. Pero la baraja estaba trucada...


Soy un truhan, soy un tahúr

Tras disfrutar del engaño entre las sábanas de una cama, Solitaire le revela a Bond que la consecuencia que más teme de esta consumación es la pérdida de sus poderes adivinatorios, y que Kananga se entere de ello y la asesine. Pero 007 la tranquiliza convenientemente. Para eso está entrenado un súper-agente como él. Continúan con sus pesquisas, esta vez fuera del palacio, y tras dejar atrás unos cuantos muñecos vudú con cámaras, y al propio Barón Samedi, llegan a una zona en la que se ocultan inmensos campos de amapolas, de las que se extrae la heroína que distribuye Mr. Big. Pero Samedi los delata a Kananga, el cual ordena a sus hombres que acaben con ellos, y se produce una persecución con un autobús de dos pisos que acaba perdiendo uno de ellos.


No es recomendable fiarse de un perro-flauta

Esta persecución da paso a otra que tiene lugar en el aeropuerto, y en la que 007 a bordo de una avioneta de prácticas (y con la madurita alumna dentro), logra despistar a los malos. Esta vez la avioneta pierde las alas. Para descansar un poco, Bond y Leiter ponen rumbo al local "Fillet of Soul" en New Orleans donde asisten a la actuación de la cantante Brenda Arnau. Allí despistan a Leiter y se llevan a 007 ante la presencia de Mr. Big, TeeHee y Solitaire. El objetivo de esta reunión es dilucidar hasta dónde ha llegado la afectación en los poderes místicos de Solitaire tras su relación con Bond.


La pobre Solitaire no las tiene todas consigo. ¿Serán perturbaciones en la fuerza?

En un diálogo con cierto deje cíngaro Mr Big tensa la cuerda con 007 para saber qué le ha hecho exactamente a la niña. Pero 007 no suelta prenda. La respuesta de un caballero es que todo esto es asunto suyo, de la chica y como mucho de Kananga. Así que, llegados a este punto, a Mr. Big no le queda otro remedio que desenmascarar la farsa, y así podemos comprobar que Mr Big es el alter ego de Kananga.


Mr. Big se quita su máscara, literalmente

Los planes de Kananga contemplan la distribución gratuíta de un montón de heroína para hacerse con el monopolio del tráfico de la misma. Pero volviendo al asunto de la virginidad de Solitaire, Kananga lleva a cabo la prueba del algodón harto de las salidas tangenciales de Bond. Y le plantea a la chica que adivine un número grabado en el reloj de 007. Y falla, por supuesto. Donde Bond pone el ojo... no hay capacidad visionaria que se resista. Ambos son sentenciados a muerte, y a James se lo lleva Tee Hee a un criadero de cocodrilos, que en realidad es la tapadera del laboratorio de heroína.


Y de paso vigilan las instalaciones

El encargado de ejecutar la pena es Tee Hee, ya que tiene mucha mano con los cocodrilos; especialmente con la izquierda. La derecha se la comió un cocodrilo tiempo atrás. Pero como a 007 no le acaba de convencer el acabado metálico de la misma (creo que por su aficción a las manualidades), opta por salir de allí a lomos de los cocodrilos (y caimanes también). El de la foto es el propietario real de la granja, que se ganó que su nombre fuese puesto al villano gracias a jugarse el tipo rodando esta escena.


Paseo entre las fieras

El resto resultó más sencillo; llevar a los cocodrilos al interior del laboratorio, incendiarlo todo y escapar en lancha motora en un par de minutos. Pero escaparse de allí persegido por los secuaces de Kananga y con la "ayuda" del impresentable y totalmente prescindible Sheriff Pepper ya no resultó tarea tan simple. Menos mal que las lanchas no sólo van por el agua. Esta persecución resulta bastante entretenida a pesar de las líneas de guión del sheriff. Cuando finalmente se libera de sus perseguidores recibe la noticia por Leiter de que el "Fillet os Soul" había sido incendiado y sólo se habían recuperado tres cartas de tarot: la gran sacerdotisa, la muerte y la luna.


Tarot para no iniciados

Estas pistas son suficientes para que 007 deduzca que Solitaire va a ser sacrificada en un ritual vudú. Así que tras un primera parada para destruir la plantación de amapolas, Bond asiste al ritual en el que también aparece el barón Samedi. Nuestro agente debe intervenir antes de que el oficiante del sacrificio acabe con Solitaire, y tras unas cuantas peleas con pistola, machete y lo que se ponga por delante, logra escapar de allí con la chica accediendo a las instalaciones bajo tierra que Kananga tiene para el empaquetado y distribución de su mercancia. Kananga tenía previsto acabar con ambos dándoles un chapuzón en una piscina con tiburones aderezada con la sangre que brota de las heridas que para tal efecto ha producido Kananga en el brazo de Bond. Con lo que no contaba nuestro villano es con la enfermiza mala disposición de 007 a que le digan lo que tiene que hacer.


No hay nada mejor que una copita de champan antes de un baño entre tiburones

Así que armado con una bala de aire comprimido para tiburones que Kananga le había mostrado unos minutos antes, se las apaña para introducirla en la boca de este y explotarlo cual globo hinchable. Me imagino que en la realidad esta muerte debe ser bastante más desagradable y gore que lo que vemos. Eso y el hecho que varios tiburones blancos ignoren a Bond y a Kananga mientras forcejean bajo unas aguas teñidas por la sangre de James. Pero no nos quitan el sueño estas y otras concesiones. Ni a nuestro Bond, que se homenajea con un viaje en tren con la bella Solitaire. Pero el peligro acecha, en forma de brazo ortopédico.


Quién asoma la patita...

Y aunque es verdad que la planta de Tee Hee impone lo suyo, no hay nada que no se pueda solventar con unas simples pinzas de señorita con las que cortar el mecanismo del brazo ortopédico del grandullón, pudiéndose ocupar entonces de las necesidades de Solitaire, que con todo el caos de la pelea, no se había enterado de nada, y ya empezaba a estar algo impaciente, la verdad. Lo que no encaja totalmente es que tras haber visto al barón Samedi caer en un ataud lleno de serpientes, y aparentemente no haberle sentado del todo bien, el director Hamilton nos deja una última escena algo desconcertante.


Samedi al frente del tren
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3. Curiosidades
- Sean Connery rechazó seguir con el papel a pesar de que le ofrecieron la astronómica cifra de 5 millones y medio de dólares por hacerlo.


Roger Moore y Sean Connery, que sumados son 014

- United Artists quería que un americano interpretara a Bond, y los actores Burt Reynolds, Paul Newman y Robert Redford fueron considerados. Pero el productor Albert R. Broccoli insistió en que debía ser un británico y acabó poniendo a Roger Moore. Teóricamente, Moore no estaba libre para interpretar a 007, ya que había firmado un contrato para protagonizar "The Persuaders", pero cuando la serie fracasó en los USA, fue el cambio lógico.


Roger Moore y Tony Curtis en "The Persuaders"

- Todos los contratos de Roger Moore incluyen un suministro ilimitado de puros Monte Cristo. Llegó a superar los 3.000 euros en la factura por este concepto en una de las películas.

- Fue Roger Moore el que recomendó a Madeline Smith para el papel de Miss Carusso, tras haber trabajado con ella en la fallida serie "The Persuaders".

- Roger Moore tenía más conocidos en el rodaje de 007; además de la comentada Madeline Smith en la serie "The Persuaders", también había compartido dos episodios de la serie "The Saint" con Lois Maxwell.

- Esta es la primera película en la que no trabajó John Barry, el creador del conocido tema de James Bond. En su lugar se puso a George Martin, el productor de los Beatles. Como era de esperar, la canción la acabaría componiendo Paul McCartney.

- El nombre de Dr. Kananga proviene de Ross Kananga, el propietario real de la granja de cocodrilos en la que James Bond se encuentra acorralado. La secuencia originariamente no aparecía en el guión. Sin embargo, cuando Syd Cain y Guy Hamilton tropezaron con el lugar en Jamaica, quedaron tan impresionados con el cartel de "Trespassers Will be Eaten" (los que entren serán comidos), que sugirieron una escena en la que 007 se enfrentara a los cocodrilos. Ross Kananga llevó a cabo el increible salto, en el que doblando a Bond, corre sobre las espaldas de los cocodrilos. Tuvo que hacer numerosas tomas y casi cae víctima de las bestias. Por sus esfuerzos, los productores le recompensaron poniéndole su nombre al villano principal de la película.


Mensaje claro, conciso, y muy realista

- Albert R. Broccoli pidió al artista catalán Salvador Dalí que diseñara una baraja de cartas del tarot para esta película. El problema fue el precio que exigía el artista, y Broccoli optó por el diseño de Fergus Hall, nos imáginamos más económico. Sin embargo, el trabajo estaba casi terminado, tal y como puede apreciarse en la imagen.

- Derek Meddings, un maestro en la construcción de modelos en miniatura, creó los campos de amapolas que son destruidos al final de la película. Debido a su talento único, Meddings se convirtió en un colaborador habitual en las películas Bond, y ganaría un Oscar por Superman.

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4. Valoración
Como primera entrega del nuevo 007 "Roger Moore", y tras el costalazo de la anterior "Diamond are Forever", última oficial de Sean Connery, esta película está más cuidada que la anterior, y también presenta una evolución del personaje a fin de adaptarlo al perfil mucho más cómico de Moore. De esta forma Tom Mankiewicz re-elaboró el guión para que encajase mejor con las posibilidades del nuevo 007. A mi entender se le fue un poco la mano, y la introducción de un personaje tan exagerado y poco creíble como el Sheriff Pepper empaña este film. Sobre todo por darle continuidad y hacerlo aparecer también en la siguiente entrega. Y la cosa empeora si pensamos que esta fue la única ocasión en la que no aparece Desmond Llewelyn interpretando a Q...Por otra parte, guapísima Jane Seymour, brindándonos muchos matices en su interpretación del personaje Solitaire, y un descubrimiento Geoffrey Holder en su papel del Barón Samedi; su gran teatralidad encaja a la perfección en el mundo del vudú. Roger Moore no es mi favorito en la saga, y sus excesos humorísticos no acaban de convencerme.

Afortunadamente, nos quedan otras imágenes para el recuerdo.

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Diamonds Are Forever
(Diamantes para la Eternidad)
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Lista Saga 007
The Man with the Golden Gun
(El hombre de la pistola de oro)

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