Terror clásico en 2025

1. Un poco de contexto
2. Las películas

1. Un poco de contexto

En medio de esta época que nos toca vivir, dominada por las redes sociales, influencers, youtubers, contenidos de usar y tirar, y una grave crisis en el cine, nos encontramos con tres estrenos que llaman mucho la atención, por lo atemporal y algo fuera del foco actual de las temáticas habituales en las salas de cine: Nosferatu (Robert Eggers - 2024), Frankenstein (Guillermo del Toro - 2025), y Dracula (Luc Besson - 2025).


Parece claro que la crisis de ideas en el sector podría justificar que estemos ante el enésimo remake; el conservadurismo típico de los inversores estaría detrás de la muy frecuente edición de títulos repetitivos que prefieren emplear las fórmulas exitosas antes que apostar por ideas nuevas y arriesgarse. Pero resulta demasiada coincidencia dado el corto espacio de tiempo transcurrido entre los tres estrenos, menos de un año, y da la sensación de que este género del terror clásico continúa siendo un valor seguro por el que apuestan las grandes productoras. Tras agotar hasta una muerte por sobredosis la mayoría de sólidas franquicias actuales, y ante el auge del formato serie en el que es más sencillo (y barato) cancelar y a otra cosa, los amantes de este tipo de películas asistimos a un empacho de nuevas revisiones de estos grandes títulos y personajes inmortales.

Estos tres títulos comentados se han estrenado en menos de un año; corto espacio de tiempo que nos hace temer que esto sólo sea el principio.

Si las conservadoras productoras están apostando sus inversiones en este tipo de historias clásicas, es obvio que les resulta rentable, por lo menos hasta ahora. El temor es que abusen del tirón, como en tantas ocasiones hacen, y proliferen productos de dudosa calidad. De todas formas, los amantes de este género estamos acostumbrados a visionar versiones de escasísima calidad que se han ido generando en el transcurso de los años, gracias a que cuando una temática se pone de moda, hasta llegar al fracaso no se detiene la maquinaria. Todos conocemos los cadáveres que van quedando por el camino... e incluso algunos resultan entrañables.
Conviene no olvidar el importante hecho de que estas dos historias se basan en sendas novelas, y ambas cuentan con un interminable número de adaptaciones en la gran pantalla, lo que parece demostrar el gran impacto que han tenido para el público de muy diferentes épocas. Las dos novelas han sentado las bases de unos personajes ya de por sí atractivos, y que las grandes creaciones de principios del siglo pasado han transformado en iconos imborrables en el imaginario colectivo. Sólo hace falta preguntar a cualquiera cómo se imagina al monstruo de Frankenstein, o al conde Drácula, para escuchar las imágenes de Boris Karloff, de Bela Lugosi o de Christopher Lee. Cada uno de ellos nos ha regalado brillantes interpretaciones que han marcado el camino de muchos actores, así como también han creado escuela las acertadas puestas en escena de cada una de ellas.
El establecimiento de cánones en los años treinta, puede verse reflejado en el siguiente ejemplo. En la novela de Frankenstein no aparece nada referente a que la chispa de la vida sea generada mediante electricidad; Mary Shelley habla vagamente de algún método químico, pero ni rastro del montaje que James Whale nos puso delante de los ojos en 1931. Y toda esa parafernalia del laboratorio lleno de gadgets eléctricos y el rayo como fuente de energía primigenia ha perdurado hasta esta adaptación de 2025, dejando claro el peso de los iconos. Una buena idea, bien puesta en escena, con un buen atrezo, y ese ancestral y eterno miedo al rayo, han logrado que sea imposible separar a Frankenstein del laboratorio. No es cuestión de presentar datos estadísticos, pero todos asimilamos la creación del monstruo con la electricidad. Y tiene mérito tratándose de unos años en los que los medios eran muy artesanales.



Las tres grandes producciones:



Nosferatu
Robert Eggers - 2024


Frankenstein
Guillermo del Toro - 2025


Dracula
Luc Besson - 2025

Los tres títulos de partida:



Nosferatu
F.W. Murnau - 1922


Frankenstein
James Whale - 1931


Dracula
Tod Browning - 1931
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2. Las películas


Adaptaciones

Todas ellas muestran que se lo han tomado en serio y se nota la gran cantidad de dinero puesto en juego. El reparto y la dirección son posiblemente lo primero que destaca, así como la innumerable cantidad de guiños a los clásicos homenajeados. En el momento de la redacción de este artículo, las valoraciones en IMDb son las siguientes:

- Nosferatu (Robert Eggers, 2024): 7,1 / 10 (250 mil)
- Frankenstein (Guillermo del Toro, 2025): 7,5 / 10 (187 mil)
- Dracula (Luc Besson, 2025): 6,2 / 10 (17 mil)

Si bien la adaptación de Nosferatu es la más concreta de las tres, puesto que es un caso especial de una única película(*), en el caso de las otras dos contamos con muchos títulos de referencia, ya que resulta imposible contar cuántas adaptaciones se han realizado a lo largo de los años transcurridos desde la publicación de las novelas (1897 la de Bram Stoker, 1818 la de Mary Shelley). En particular, la versión de Dracula (Luc Besson) se inspira bastante más de lo recomendable en Bram Stoker`s Dracula (Francis Ford Coppola, 1992), en lugar de hacerlo sobre la de Tod Browning de 1931. Y otra adaptación a tener en cuenta es Horror of Dracula (Terence Fisher - 1958), en la que Christopher Lee y Peter Cushing han dejado muchas cosas para la posteridad.
(*) No deberíamos descartar Nosferatu Phantom der Nacht de Werner Herzog de 1979, una justita revisión muy apegada al clásico de Murnau.

Las tres películas

En este punto se muestran las fichas de las películas. En cada ficha está el cartel, la sinopsis, y el reparto principal, con fotos de los protagonistas tomadas de cada película. Al final de cada ficha se comenta la película, tratándola como una entidad en sí misma, además de relacionarla con sus predecesoras, que es el objeto de esta sección.




Castillo de Drácula en Bram Stoker's Dracula

Nosferatu

Robert Eggers - 2024
Argumento: Historia gótica de obsesión entre una joven hechizada y el aterrador vampiro encaprichado de ella, que causa un indescriptible terror a su paso. (FILMAFFINITY)

Wisborg, Alemania, 1838. Encargado por su superior de cerrar urgentemente un trato inmobiliario, el agente inmobiliario recién casado Thomas Hutter abandona a regañadientes a su preocupada esposa, Ellen, con la esperanza de asegurar su puesto en la empresa. Sin embargo, la fascinante visión del oro brillante es una trampa mortal; cuando el ambicioso joven agente inmobiliario llega al misterioso castillo aislado del conde Orlok en los Alpes Cárpatos, la espantosa encarnación del puro horror comienza a acechar las silenciosas fantasías nocturnas de Ellen. Con la luz sucumbiendo a la oscuridad, ¿quién puede aliviar el sofocante dominio del antiguo mal? Después de todo, pocos han mirado al abismo y han vivido para contarlo. ¿Podrá el sacrificio voluntario librar a Wisborg del Nosferatu? (Nick Riganas en IMDb)

Año: 2024.
Duración: 02:12:45 (132 min).
Dirección: Robert Eggers.
Reparto: Lily-Rose Depp, Bill Skarsgård, Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson, Willem Dafoe, Emma Corrin, Simon McBurney, Ralph Ineson, Paul A Maynard

Lily-Rose Depp
Ellen Hutter

Nicholas Hoult
Thomas Hutter

Bill Skarsgård
Count Orlok

Simon McBurney
Knock

Aaron Taylor-Johnson
Friedrich Harding

Emma Corrin
Anna Harding

Willem Dafoe
Prof. Albin Eberhart von Franz

Ralph Ineson
Dr. Wilhelm Sievers

Quizás sea esta la adaptación más específica, ya que Nosferatu es una anomalía única en el mundo vampírico. En 1922, F.W. Murnau estaba muy interesado en adaptar la novela de Bram Stoker (1897), pero la viuda del escritor prefería vender los derechos a distribuidoras americanas de las que esperaba obtener más beneficios que los que podría aportar el ya conocido director alemán. Pero Murnau pensó que con un cambio de nombres se vería libre de problemas, y nos entregó Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens, claramente basada en la novela de Bram Stoker, como quedó demostrado con la sentencia que obligó a destruir todas las copias de esta versión. El mero cambio de nombres de los protagonistas y localizaciones no fue suficiente para librarse de una condena por plagio. Y con todo este bagaje, Nosferatu de 1922 es un clásico de Drácula que adapta con muchísima fidelidad la novela original. Y esta fidelidad a la versión clásica que mantiene la versión de Robert Eggers de 2024, nos permite reconocer todos los nombres de personajes, localizaciones, escenas y planos creados hace más de cien años. Casi nada. La escena en la que Thomas le regala un ramo a Ellen, y esta le recrimina haber quitado la vida a unas flores, el momento en el que Thomas se corta mientras cena en el castillo del conde, la playa de Wisborg en la que Ellen y Anna pasean rodeados de tumbas... (Ver la ficha de la película con capturas comparadas de ambos títulos)

Esta versión lleva la marca de su director en la aplicación de una pátina de terror actual, creando un enfoque mucho más obsesivo y lúgubre. Además del paso del tiempo y las nuevas formas de hacer cine, Eggers sitúa el vínculo entre Orlok y Ellen como punto central y eje de la trama, añadiendo entonces su gusto por el terror un poco gore. Nos muestra con crudo realismo elementos vampíricos típicos, alejándose del romanticismo de los años 50 de la Hammer; aquí los mordiscos no tienen esa visión más sexual que Chistopher Lee sí encarnaba. Mordiscos sobre el esternón, con amplia cobertura de sangre y detalle. El propio cuerpo del conde se nos muestra en estado de putrefacción sin esconder nada. Es cierto que la caracterización del personaje de Orlok me ha gustado, tiene mucha fuerza, muchas horas de maquillaje y prótesis, así como la recreación de vestuario militar del siglo XIX. Este enfoque de terror contemporáneo a base de sustos fáciles (estos de fotograma extremo rápido sincronizado con un golpe sonoro), hace que durante parte del metraje asistamos a una sucesión de sustos dispuestos en torno a un desarrollo lento, y se generan altibajos en el ritmo de la película. Las más de dos horas tampoco ayudan a agilizar este aspecto.

Fotografía exquisita, detallista puesta en escena y unas buenas interpretaciones que dejan un buen sabor tras el visionado de esta película, aunque le pese el ritmo irregular y su excesivo metraje.
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Frankenstein

Guillermo del Toro - 2025
Argumento: Un científico brillante y obsesivo, Victor Frankenstein, en su ambición por desafiar a la muerte, consigue dar vida a una criatura humanoide ensamblada con partes de cadáveres. Pese a tratarse de una proeza científica, Frankenstein considera que la criatura carece de inteligencia y la rechaza. Dolida, ésta se rebela contra su creador.

Año: 2025.
Duración: 02:32:25 (152 min).
Dirección: Guillermo del Toro.
Reparto: Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz, Felix Kammerer, Lars Mikkelsen, Charles Dance, Christian Convery, David Bradley, Sofia Galasso, Ralph Ineson, Burn Gorman

Oscar Isaac
Victor Frankenstein

Jacob Elordi
El monstruo

Christoph Waltz
Henrich Harlander

Mia Goth
Elizabeth Lavenza - Claire Frankenstein

Felix Kammerer
William Frankenstein

Charles Dance
Leopold Frankenstein

David Bradley
El ciego

Lars Mikkelsen
Capitán Anderson

Potente y cuidadísima adaptación de Frankenstein, el clásico de Mary Shelley. El proyecto personal del Guillermo del Toro llevaba muchos años dando vueltas, y se ha materializado en este año de 2025. Resulta inevitable percibir la enorme admiración y respeto que el director tiene por los dos personajes principales: Víctor Frankenstein y su criatura. A ambos los trata en profundidad, dando el suficiente espacio para que los personajes crezcan y evolucionen, y parándose en darnos detalles de su periplo vital. Quizá sea este detenimiento continuo de la película el que haga pecar a la adaptación de un exceso de media hora en su metraje. Eso sí, su cuidadísima fotografía, ambientación y puesta en escena hacen que sea un verdadero placer su visionado. Es notablemente más fiel a la novela en que se basa si la comparamos con Frankenstein (James Whale, 1931), y si además tenemos en cuenta la profundidad en el tratamiento de Víctor, también podríamos conectarla con la adaptación Mary Shelley's Frankenstein (Kenneth Branagh - 1994), aunque en esta última resulta excesiva la egolatría del director y actor principal. Es gracias a esa fidelidad literaria que podemos disfrutar de las escenas en el norte, en una nieve eterna e inhumana en la que se libra la última batalla entre criatura y creador, y es el escenario en el que la muerte de Víctor libera a la criatura de la amarga maldición y su ira.

Muy buena interpretación de Oscar Isaac, del que se temía que sus maneras algo sobreactuadas arruinasen el personaje, pero logra dotar de mucha fuerza a Frankenstein. Resulta intenso y arrebatado, pero no deja en ningún momento de ser creíble. Fantástico también Jacob Elordi, muy metido en su papel, con un gran personaje construido con mucho respeto. La criatura evoluciona, y con ello el papel del actor se vuelve determinante. Muy competente Mia Goth en su doble papel de Elizabeth, novia de William, el hermano menor de Víctor, y también se ocupa de Claire, madre de ambos hermanos. No es ninguna casualidad la relación entre ambos personajes; hay un latente complejo de Edipo que nos es recordado varias veces cuando vemos beber grandes vasos de leche a Víctor Frankenstein. El personaje de Henrich Harlander es propio de esta versión. Aporta la justificación argumental de proveer de financiación el loco proyecto de Víctor, pero no se ve demasiado metido en el papel al bueno de Christoph Waltz, que lo lleva con oficio pero poco más. Charles Dance se encarga del reputadísimo y muy estricto Leopold Frankenstein. Intenta el director crear una línea de exposición en la dura relación entre padre e hijo, a modo de justificación de lo que está por venir en la vida de Víctor, pero es el problema de querer estar en todas partes: no se está en ninguna lo suficiente.

Otra relación creada para la ocasión es la que tienen Elizabeth y la criatura. Puede valer como contrapunto a la inexistente relación que tiene con su creador, o como escaparate de la humanidad del personaje, pero el director la deja llegar demasiado lejos y nos castiga con la escena de la muerte de ella. El carácter indestructible del monstruo es otra divergencia respecto a la novela, y condiciona el final. Sabe que no puede morirse, y esta eternidad vital es percibida por la criatura como una maldición que lo obliga a vivir en soledad, Por eso pide como consuelo otra creación como él. Víctor lo vuelve a repudiar y entonces mana con intensidad la ira del monstruo. El final en el que el creador se redime y obtiene el perdón de su creación antes de morir, deja mucha ambigüedad en el futuro del personaje brillantemente interpretado por Jacob Elordi.



En la ficha de la película hay imágenes seleccionadas de la película, y algunas capturas comparadas de otras adaptaciones.
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Dracula

Luc Besson - 2025
Argumento: Tras una devastadora pérdida, el príncipe Vlad II, conde Drácula (Caleb Landy Jones), renuncia a Dios y es maldecido a la vida eterna, condenado a vagar solitario a lo largo de los siglos. Este es el relato sobre la historia de amor jamás contada del infame vampiro, que desafiará al destino y la mortalidad en busca de su amor perdido. (FILMAFFINITY)

Año: 2025.
Duración: 02:08:56 (129 min).
Dirección: Luc Besson.
Reparto: Caleb Landry Jones, Zoë Bleu Sidel, Christoph Waltz, Matilda De Angelis, David Shields, Guillaume de Tonquedec, Ewens Abid, Jassem Mougari, Bertrand-Xavier Corbi, Raphael Luce, Salomon Passariello, Ivan Franek

Caleb Landry Jones
Vlad / Dracula

Christoph Waltz
Sacerdote

Zoë Bleu
Elisabeta / Mina

Guillaume de Tonquédec
Dumont

Matilda De Angelis
Maria

Ewens Abid
Jonathan Harker

David Shields
Henry Spencer

Bertrand-Xavier Corbi
Capitán Targol

El mismo enfoque de Coppola, la misma caracterización del conde en su castillo, secuencias casi idénticas. El vampirismo convertido en drama romántico, en un amor que cruza océanos de tiempo... Como película es entretenida, tiene ritmo, las interpretaciones están a la altura y la puesta en escena muy cuidada. Pero hablamos de la enésima adaptación de Drácula, y las comparaciones son inevitables. No debemos olvidar que Bram Stoker's Dracula (Francis Ford Coppola - 1992), estaría sin duda en cualquier top-5 de mejores adaptaciones de Drácula. Copiar esta idea tan canonizada es exponerse no a la crítica, más bien a la disección. Si esa misma idea ya la tuvo alguien, y le salió muy bien, ¿para qué repetirla?. Y no sólo es el enfoque, también imita la ambientación, el barroquismo e incluso se reconocen algunas notas de la BSO de Coppola.

Otro elemento peculiar es insertar en la trama el leitmotiv de Das Parfum (El perfume, Tom Tykwer, 2006). Bastante forzado, la verdad. Como el conde creía en la reencarnación del espíritu puro de su Elisabet, para no perder mucho tiempo recorriendo todas las cortes europeas y localizarla (dejaremos para otra ocasión la justificación de porqué su chica debía aparecer en una corte en lugar de un cortello(*)), emplea unas gotitas de este perfume mágico para atraer sin piedad a todas las mujeres en un radio de 100 metros y optimizar la búsqueda. Y va repitiendo el plan en todas las cortes del mundo. En todas aquellas zonas del mundo en las que haya cortes, claro. Pero resulta que se frustra y se aburre, y entonces manda el perfume a tomar viento y cambia de táctica: mucho más práctico es infectar a muchos humanos y así son ellos ya esclavizados los que realizan la búsqueda por él. Así el conde se queda tranquilo corrompiéndose en su castillo. No aporta nada a un personaje suficientemente seductor ya de serie.
(*) Palabra gallega para denominar una pocilga o establo pequeño, generalmente para cerdos.

Caleb Landry Jones se esfuerza mucho en dotar de matices y profundidad al personaje principal. Es una sólida interpretación bajo una dirección que pone todo el foco en él. A su altura está su mujer y su deseo: Zoë Bleu defiende con calidad sus nada sencillos personajes. El personaje de María, la amiga de Mina, es un punto más lascivo y desatado que el equivalente de Coppola, pero la relación con Mina no resulta creíble. A pesar de la buena interpretación de Matilda De Angelis, peca de forzada la relación entre ellas. Buen detalle el conocer, avanzada la trama, el instante ralentizado en que coinciden en el espacio-tiempo María y el conde. En una sucesión de momentos de locura, uno de ellos conecta con el presente gracias al speed ramping empleado en la toma. Luc Besson sabe hacer cine, o por lo menos, destellos con clase. Christoph Waltz se encarga del sacerdote, que aunque no tiene nombre, podría haberse llamado Van Helsing. Como que no acaba de despegar el personaje; parece demasiado retenido y comedido, por momentos parece encaminarse a un exceso en la línea de Anthony Hopkins, pero no llega a lanzarse. Podía dar más de si la interpretación del bueno de Waltz, pero Luc Besson lo llevó atado en corto. Una pena. El alter ego de Van Helsing en esta película se queda falto de un toque de extravagancia y locura, ese algo fantástico y alternativo que hemos disfrutado en otras interpretaciones.

En la parte distintiva hay que mencionar a unas gárgolas que sustituyen a las novias del conde. Lo que podría verse como un matiz propio, acaba resultando sólo un recurso de CGI, sin alma ni más mérito que el de proporcionar servicio doméstico al conde, y munición en las escenas de acción. Por lógica, ya que son indestructibles, podían haberle brindado a su amo mucha más protección, que le hizo falta. El director al final lleva el romanticismo al extremo, y Drácula se entrega al sacerdote para que lo libere de su maldición y así poder morir. Aunque Mina le pide que se la lleve con él, Drácula prefiere salvarla y dejar que el sacerdote lleve a cabo el ritual de redención. Para entregarse, el conde repite el mismo gesto que cuando todavía era el príncipe Vlad, y tras asesinar al cardenal, desafía a Dios con los brazos abiertos. Para desafío, el de Luc Besson con su adaptación del clásico de Drácula; técnicamente está bien y entretiene, pero no aporta mucho a la saga.

En la ficha de la película hay imágenes seleccionadas, y alguna curiosidad de este título.
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Un poco más

Imágenes que están mejor aquí que en la papelera de reciclaje.


Reunión de monstruos clásicos



Preciosa imagen de Christopher Lee



Boris Karloff caracterizado como la criatura.

Colin Clive y Boris Karloff: tiempo entre costuras.

Drácula de Bela Lugosi con el característico efecto en los ojos.

Bela Lugosi dejando claro el erotismo del mordisco vampírico.

Inmortal Christopher Lee en Horror of Dracula (Terence Fisher, 1958).

Curiosa figura del conde Orlok encontrada por internet.


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